sábado, 6 de marzo de 2021

 

MI VIEJA CASONA

                                                                                         José Manuel Florenti

 

                                        En el estío de la tarde y a la sombra de la higuera

                                   Tu recuerdo viene a mí con olor a madreselvas.

                                   Patio de nuestros juegos de las risas y el cantar

                                   Sueños de tiempos idos, dolor y felicidad.

                                   Los verdes álamos plantados por la mano de papá

                                   Aplauden al son del viento en tardes de soledad.

                                   El abuelo con su pala, riega, riega sin cesar. El agua

                                   Corre a su antojo por los surcos del rosal. Flores que la abuela

                                   Plantó un día, en sus tardes de sol y paz.

                                   Una veintena de niños esperan “el golpe del agua”,

                                   Que del Río lejano viene, por el rajo del canal…   

                                   Las risas de los infantes, fantasías sin final,

                                   Pregonan a grandes voces del mañana que vendrá.

                                   La Casona de adobes añosos ha resistido una eternidad,

                                   Vendavales, terremotos no la han podido derrotar,

                                   Viendo pasar el tiempo, mientras crece la ciudad,

                                   Decenas de primeros llantos y también lágrimas del final,

                                   Son su tesoro más fuerte en el tiempo pasado ya.

                                   Bajo la luz de luna llena y el sol de amanecer,

                                   Fue el raudo tiempo pasando dejando atrás la niñez;

                                   Ya dos hermanos se fueron porque así lo quiso Dios.

                                   En el camino a la tumba en la casa se detuvieron,

                                   Despidiéndose de sus recuerdos y la vida que pasó        

                                   Soledad y Sigisfredo ya son dos seres sin voz.

                                   Ellos han dejado en la tierra, un humano corazón.

                                   La vieja Casona de adobes a Vulcano sucumbió

                                   Solo vive en los recuerdos de aquellos ancianos hoy,

                                   Que aún viven pendientes de su historia que pasó.

                                              

domingo, 30 de marzo de 2014

RECUERDO DE TIEMPOS Y PLANES.

RECUERDOS DE TIEMPOS Y PLANES.

30 de marzo de 2014 a la(s) 14:49
     A mi mente de hombre mayor en vías de envejecer(de hecho, ya viejo), vienen los recuerdos de la década anterior(estamos en el año 2014), en que los hermanos nos juntábamos para celebrar Cumpleaños, Fiestas Patrias, la llegada de un hermano lejano, muerte de un pariente o cualquier equinocio de Primavera o Verano, tiempos en que la vida nos pedía y nos daba nuevos bríos para seguir bregando en pos de años venideros con salud y nuevos sueños. Asados, vinos, baile y chistes; nos llevaban a idear y planificar nuestros próximos años de vida, frisando, ya todos los sesenta, todo esto; eso sí, contando con la intervención de la parentela jóven que, generalmente, aportillaban, los sueños venideros y las "gracias" repetidas de los mayores.

     En unas de esas celebraciones(que ahora solo son recuerdos) ideamos en conjunto, pasar nuestra vejez juntos, creando una "Casa Acogida" para Ancianos de la Familia y haciéndola extensiva a los hijos y sobrinos que estuviesen cerca de la edad de las canas y las enfermedades recurrentes. Al alero del Parrón semi-estéril de la Casa de Genievev y después de unas cuantas botellas de tinto y del otro; lo prímero era o fue poner nombre al Hogar en cuestión..."Romance de Atarceder", " La Edad de la Dulzura", "Camino a Canaan", "El Ocaso", " Los Puchos Lacios", "Tierra Prometida" o el "Palacio del Pañal"; fueron algunos de los nombres propuestos y puestos en discusión, lo que; lógicamente, no llegaba a consenso, ya sea por el estado de los dialogantes o por la intervención, siempre inoportuna de algún sobrino anarquista que de pronto(después de comer y beber) se marchaban sin despedirse a un "carrete" juvenil. A sus espaldas quedaban los "viejos" quienes en plan de felicidad extrema seguían su planificación en la interminable sobremesa fraternal.

     La "Casa Acogida" contaría con todos los adelantos que hiciesen la vida más facíl hasta llegar a los últimos días, a decir: Un financiamiento con el 70% de las pensiones o jubilaciones de los ocupantes del hogar...el otro 30% de los ingresos, quedaría en manos de los senescentes, para atender nietos de visita, comprar caramelos o chupetes helados en temporada estival. La Casa contaría con doce departamentos para parejas y un patio central techado con vidrio o policarbonato transparente para que los ocupantes viesen la emigración de Golondrinas y gaviotas perdidas de su mar lejano. Portero y personal paramédico, convenio con Pompas Fúnebres, Fábricas de pañales y Farmacias o Bóticas de medicamentos Naturales y Químicos. La Administración del"Nosocomio" o Geríatrico estaría a cargo del Anciano en mejores condiciones cognitivas y cuando no hubiese ningún viejo en condiciones, este sería administrado por el sobrino mayor, que a esas alturas ya habría dejado de ser Anarquísta.Nada quedaba al azar: La Casa no tendría escalas y contaría con accesos para sillas de ruedas. Los Departamentos tendrían su pequeña cocina equipada, además de una cocina general en donde habría personal especializado en atender ancianos. Lo de las cocinas en los Departamentos tenía su razón de ser: En Caso que alguno de los viejos se pusiese mañoso o estuviera enojado, prepararía sus propios alimentos hasta que se le pasara el enojo, volviendo a ocupar el servicio de cocina general cuando estuviese de buen talante. Una Ronda médica pasaría mensualmente y el recinto contaría con Ambulancia y Chófer. Por el pago del 70% no habría discriminaciones, estando dentro de las reglas la no reclamación ni petición de servicios especiales por pagar un poco más de dinero. Porque: el 70% de una pensión de 1 millón de pesos(sueños) no es lo mismo que 70% de una pensión de 200 mil pesos. Nuestras conciencias de Hombres Buenos y Mujeres Buenas(no confundir con Buenos Hombre o Buenas mujeres), nos llevaría a la participación sin egoísmos en la mantención del Hogar.

Entre risas y recuedos a los seres queridos que ya habían partido, se nos hizo o hacía la noche, quedando todos convencidos que lo planificado era bueno. Pero.....siempre hay peros entre los humanos y sus diferentes modos  de pensar...

      El pensamiento de "La Casa Acogida" comenzó como una broma al alero del trago y la fiesta sin pensar la mayoría de los participantes que pronto, muy pronto, la vida nos demandaría una solución muy cercana a lo planificado. La enfermedad de la hermana mayor fue el primer toque de alerta y pronto le seguiremos los otros sesentones de la familia. Uno de los hermanos  tuvo la idea de hacer efectivo éste sueño, pero no contaba con la intervención de sus retoños que una vez que crecen se hacen "dueños" de los padres y de sus bienes y, el sueño de la casa acogida "Romance de Atardecer", "El Palacio del Pañal" o como se llamáse quedaría o quedó en eso UN SUEÑO y hoy cada uno de los hermanos de la Fraternal Familia se las arregla a su manera y en forma individual. Hasta las celebraciones terminaron, cada uno quedó en su propio mundo y hoy solo esperamos que la Divina Providencia nos dé un "Fin de Fiesta" sin sufrimientos ni muchas penalidades.
José Manuel Ortega Ramírez

jueves, 19 de diciembre de 2013

"LA CASONA DEL POETA-HISTORIA"


“Yo nací en el año 1912, como se darán cuenta tengo más de cien años de edad. Si al circular por mis habitaciones se encuentran con escollos, tales como una tabla suelta, una puerta descentrada, una ventana en descuadre, goteras o un cierto aroma a viejo, discúlpenme, todo se debe a mi añoso vivir en este viejo Valparaíso. Los numerosos propietarios que he tenido han hecho de mí un ser lleno de heridas y transformaciones; que un cambio aquí, que un muro allá, que la pintura, un vidrio roto, el cielo desteñido o las tuberías del desagüe tapadas, han dado pie para que los hombres modifiquen mi cuerpo llegando a esta edad llena de “heridas de guerra”, sin contar con los azotes de la naturaleza que con sus terremotos, temporales y la inclemente llovizna que envía el mar en las negras noches de invierno fueron minando mi otrora hermosa arquitectura.
He sobrevivido a varias generaciones de humanos y es más, he tenido una decena de “Dueños de Casa” que en su eterna trashumancia me han vendido, arrendado, dado en usufructo e incluso regalado parte de mi cuerpo, desmembrando mis muros y separando mi alma que fue concebida como una sola unidad. Ya no recuerdo cuántos recién nacidos dieron su primer llanto en mis habitaciones. Amores, traiciones, odios y veleidades humanas se fraguaron en mis cuartos. También la felicidad tuvo su momento dentro de mi cuerpo. Muchas familias triunfaron en su peregrina vida y muchas otras, las más, fracasaron en su afán vertiginoso de obtener ascensos en busca de la felicidad. En mi memoria desgastada aún resuenan nombres y apellidos de personas que se sirvieron de mi protección y cobijo. Algunos pagaron mi amor cuidando mi cuerpo e incluso haciéndolo más bello, pero otros, lo golpearon, quemaron e incluso desgarraron en sus horas de tormento y odio, pero aun así, sobreviví. Vienen a mi mente los Ackermann, García, Huidobro, Olguín, Prat y muchos más, cada uno de ellos y su descendencia dejaron sus huellas en mis muros, cielos y espacios vacíos. Muchos, pero muchos “maestros chasquillas” cercenaron, hollaron y hendieron sus filosas herramientas en mi esqueleto tratando de quitarme la vida, pero mis cimientos eran fuertes y me sobrepuse a tanta agresión. Algún pseudo dueño de casa, robó mis partes más preciadas. Aldabones, puertas finas, cristales, tuberías de plomo, cobre y bronce fueron a dar al comprador de chatarra. Más de uno arrancó mis entrañas dejando al aire las aguas malolientes fruto de sus efluvios y evacuaciones, pero este oprobio fue el castigo a su codicia desenfrenada. Yo que siempre cuidé que mis olores intestinos no llegasen al habitante de turno, al quedar al aire mis heridas, el propio olor nauseabundo generado por los humanos volvió a su origen. Pero como “no hay mal que dure cien años” (como mi edad) en el último decenio, la familia que arrendó a su último dueño se dio a la tarea de lavar mis heridas. Con materiales modernos renovaron mis baños, techos, dinteles y ventanales. Un jardín verde cubrió mi pequeño patio, mi rostro fue maquillado y mis pisos encerados y lo mejor de todo…sentí algo parecido al amor con que fui concebida hace cien años. Los maestros de esa época no eran “chasquillas”. Sus manos, aunque manos de artesanos iletrados, hacían su trabajo con amor, pero amor al trabajo y a las cosas bien hechas. Lo mejor de todo es que voces juveniles comenzaron a poblar e impregnar los muros con sus susurros y secretillos y… ¡aquí estoy!...recibiendo visitantes de todas partes del mundo y volviendo a renacer a un nuevo siglo, sigo, eso sí, con los pequeños males que conté al principio, pero el don de gentes de mis actuales habitantes, disculpará estas pequeñas anomalías y yo devolveré su comprensión protegiendo a quien more en mi casa.

martes, 14 de agosto de 2012

VOLVER A SER NIÑOS

de José Manuel Ortega Ramírez, el El Martes, 14 de agosto de 2012 a la(s) 14:05 ·
...Quizás fue la manera o la forma en que fuimos criados, o talvez las presiones externas de una sociedad conservadora, lo que nos llevó a ser humanos de una línea en que la palabra era o fue mejor que un contrato notarial o un juramento sobre la Blibia. Como seres en "peligro de extinción" fuimos creciendo en los vaivénes de una vida llena de prejuicios y de perdones sin asunto. Al crecer y formar nuestros propios hogares; quisímos, copiar esa "forma" de enseñanza tan arraigada en la familia original. No nos dimos cuenta de las ingerencias foráneas que a punta de Verbo y Espada comenzaron a minar el sólido piso de nuestra "atrasada" comprensión. Cuando el "fruto" de nuestra vida de adultos estuvo maduro, recién notamos la intervención de "terceros" en la crianza de nuestros vástagos.
     Hoy que la vida nos ha brindado, a unos, y azotado a otros, la bendición y/o maldición de ver a nuestro "producto" ya crecido y con pensamientos propios, comenzamos a sentir la misma presión que sentimos al ser niños cuando, tal vez, quisimos rebelarnos al sistema imperante en esos años. Hoy, en algunos casos, nuestra descendencia decide por nosotros e interviene en nuestros principios de origen que, según nuestra conciencia, es más sano que el pensamiento actual. Pero, la paternidad nos hace creer que éste "fruto maduro y jóven ", tiene la razón.
    Hoy, sobre los sesenta años de edad; somos tratados como "Niños" por la propia "semilla" ya madura...la que dicta los procedimientos a seguir cubriendo con un manto de dudas, nuestro proceder y principios; obligándonos a creer que el pensamiento móderno es mejor a lo aprendido por nosotros.

lunes, 23 de abril de 2012

Metro noventa y cinco y ciento diez kg. de peso, con 14 enfermedades y 62 años de vida. Escritor por aficción, pobre de materiales, rico en familia y amigos, silencioso en la soledad, alegre con los tragos, amante del idioma castellano, temeroso de la muerte, perseverante y soñador, incomprendido politicamente,buen anfitrión, buen padre; mejor abuelo.Trágico de humor, fome(según mis enemigos). Hombre bueno, perceptivo y nostálgico, solitario por geografía, intruso como el viento.(si no me prohiben contar un secreto): ¡Extrovertido!. Amante de la paz.